Para mi amiga Gricel · Por Ethan J. Connery
Camino por el bosque Osito se perdió, y buscando el camino de regreso a casa se encontró con un sendero que señalaba una salida hacia lo profundo de las montañas. Osito la siguió y caminó y caminó bajo los grandes árboles buscando esa salida, pero se hizo tarde y se vino la noche, y Osito perdido, se puso a llorar.
Estaba hechando sus lagrimitas, cuando de pronto vio una luz a lo lejos en el bosque y fue a ver que era, y cuando llegó cerca se dió cuenta que la luz venía de la copa de un árbol, así que para subir hasta arriba se hizo un volantín con hojitas de árbol y dejó el volantín amarrado en un palito.
Asi que Osito fue subiendo y subiendo por el hilito del volantín hasta que llegó a la copa del árbol y se encontró cara a cara con la luz verde, y resultó ser ...¡un enjambre de luciérnagas!
- ¡Ay, que lindo! -dijo Osito.
De pronto las luciérnagas se fueron volando asustadas por Osito y en eso, el hilo se soltó del palito que lo sostenía y Osito se fue volando en el volantín de hojitas. Allí iba Osito aventurero, impulsado por el viento, planeando por encima del bosque en el que se había perdido.
Y así volando, volando atravesó las montañas que lo separaban de su casita, siguiendo el camino de las luciérnagas que lo llevaron hasta un campo lejano donde encontró la cabaña donde vivían sus papás.
- ¡Mi casita! -gritó Osito entusiasmado.
Ya había encontrado su hogar, pero debía descender del cielo, ya que estaba volando casi a la altura de las nubes, así que para bajar, Osito fue sacándole de a poco hojitas al volantin y así fue perdiendo altura hasta que llegó justo al techo de su casita. Y en eso ve que sus papas venían camino del bosque porque lo habían estado buscando y desde a lo lejos habían divisado el camino de luz que dejaban las luciérnagas y en medio de ese camino a Osito que volaba aventurero en su volantín.
Asi que cuando los papás llegaron a la casa se encontraron con que Osito había aterrizado en su techo y Osito saltó a los brazos de sus papás y se abrazaron felices de haberse reencontrado. Después se fueron todos a comer un rico plato de miel preparado por Mamá Osa que estaba muy feliz porque su pequeño Osito no se había perdido. Durante la cena Osito relató sus aventuras a Mamá Osa y Papá Oso le oían asombrados y con mucha atención.